jueves, 10 de febrero de 2011

Maneras de abrazar a un árbol


No encontraba una razón para volver a escribir en este descuidado blog, tan carente de consideración con su escaso, pero fiel público. En fin, el caso es que la ocasión lo merece, y punto.

En este caso la ocasión consiste,básicamente, en que a mi amigo Paco le ha crecido un árbol en forma de libro. Y con éste me sucede algo que no me sucede con muchos libros, y es que puedo decir sin haberlo leido todavía que es un tesoro, uno que no busca llegar al millón de ejemplares pero que rebosa vida, memoria y destino. Un pasajero cruzando la gran marejada de la historia del siglo XX.


Y la verdad es que habiendo tenido noticia de su proceso de gestación, el nacimiento del árbol de la memoria merecía con creces la ruptura de mi aislamiento bloguero.