martes, 11 de noviembre de 2008

Arsenio, Maguila y el glamour del gallinero


Arsenio Manila (ciudad filipina conocida por sus exportaciones de sífilis) es un electro-lounge-ohyeah-bar que no había tenido la desgracia de visitar hasta el pasado domingo por la tarde, sin que mi vida por ello se viese mermada en ningún aspecto. Pero justo antes de entrar a reunirme con mi gente, que me esperaba dentro del mencionado boquete, una voz firme y autoritaria salida del interior de uno de los dos señores de la foto sobre impresa, a la sazón, Maguilas de Arsenio Sífilis esputó:

-No, No puedes pasar...(pausa técnica en la que vislumbré algún tipo de razonamiento difícil de clasificar o pequeños infartos a nivel subtalámico)...tienes zapatillas...( otra pausa que parecía destinada a algún tipo de procesamiento básico)...naranjas.

Desarmado ante tales argumentos y consciente de que la capacidad de argumentación de los homínidos inferiores sigue siendo un debate para la ciencia comencé a temer lo peor y solo se me ocurrió decir que me estaban esperando dentro.

Entonces Maguila, que recordemos es el Borrezno de Arsénico Sífilis, hizo un rápido gesto de desaprobación altanera que facilmente se podía leer: "Mi amplio conocimiento de las profundidades de la psique humana me permite saber que estas mintiendo".

En ese instante y con todo perdido, desde dentro del mencionado hoyo infecto surgió mi novia que por suerte entre sus innumerables cualidades posee la de ser más puntual que yo, y consiguió convencer al señor Maguila de que a pesar de llevar unas Converse naranjas mi persona no suponía amenaza alguna para el recinto y sus ocupantes, lográndolo tras mucho esfuerzo.

Y Maguila, súbitamente convertido en amable cenutrio me dejó entrar, cosa que a regañadientes hice por ver a la troupe y que me permitió comprobar que dentro, aparte de que había más gente con zapatillas que en el Eurobasket, eso sí ningunas naranjas cosa que me tranquilizo enormemente, el aforo casi llegó a triplicarse.

Así que a los futuros clientes de Arsénico Sifilis que en el mundo seáis, podéis morir de hipoxia, que además es una agradable manera de morir asfixiado en la que justo antes del óbito se siente una enorme euforia, pero jamás sufrireis los estragos de unas zapatillas naranjas,hay hombres adiestrados especialmente para que eso no ocurra.

4 comentarios:

Paco Piniella dijo...

¿Me dejarán entrar con mis Converse rojas al estilo de la película Bilbao de Bigas Luna? ¿o quizás por ser rojas serán un símbolo más perverso aún?
¡Viva la biodiversidad de bares, en esto al menos no debemos tener cuidado con el protocolo del japonés!

Jose Prada dijo...

Me parece lamentable lo que dices, además de ser totalmente incierto, ya que conozco personalmente a los sujetos de la foto. Hacerte saber que ambos, aunque a ti te parezcan "monos" u "homínidos", como felízmente apuntas en tu artículo, tienen sendos masters en "Tipología e historia de las zapatillas deportivas en el sur de Europa", impartido por la Universidad de Groenlandia, y en "Cómo localizar Europa en un mapamundi", de la misma universidad. Y, en cuanto al sitio, sinceramente, decirte que lo regenta el mismo filántropo que abrió en su día el Barabass, templo de erudición.*

*fragmento del libro "De como papá, la coca y el retraso mental de una ciudad me hicieron rico: una autobiografía."

Paco Piniella dijo...

Ya esta bien de esta larga espera... necesitamos de tu blog ¡escribe algo!

Daniel dijo...

al carajo fernando , ponte mocasines o unos nauticos. Perro.