Francisco cuchitriles, agudo seudónimo detrás del que se esconde el inoperante Paco cuchitriles, presidente de una institución que guarda parecido con su apellido, era o fue en su día un político, pero hoy su figura se acerca mucho más a la de probador de camas de hoteles de lujo pagados por todos o a la de catador de wishkey de malta por la patilla, que es como sabe bien el wishkey de malta postadolescente.
Pues el Señor cuchitriles, que le cogió gustillo a eso de la alta hostelería por cuenta ajena, se resiste con uñas y dientes a ceder un microgramo de cuota de poder a quien sea, y a pesar de que como político no vale ni para hacer croquetas políticas, al ser tan apacible su lujosa vida se resiste a a cambiarla por un vinico y una petanca en el club del jubilado. Y es que darnos no podrá darnos mucho, borracho de poder, de soberbia y de ineficacia irresponsable; ya que no es más que una pieza mohina del mohoso panorama político gaditano que provoca a partes iguales hastio, risa y llanto.
Como parece evidente que esta mucho más acabado que las grecas, como su insigne incubo mojama, deberiamos plantearnos la creación de un residencia de políticos acabados allá por la Martinica o más lejos y nombrarle presidente, que es lo que le mola al moreno.
1 comentario:
Más que Cuchitriles, sería Cuchitril.
Saludos.
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